viernes, 11 de noviembre de 2011

Entrada número 10 del blog personal de Elena Ballesteros

Os dejamos la décima entrada en el Blog personal de Elena en Fotogramas.es




"ALLEGRO MA NON TROPPO"



Confieso que esto que os voy a contar me avergüenza. Cada vez que pienso en los libros y películas que han pasado a la historia por ser obras maestras, los infravaloro. Siempre actúo con la necedad propia de la juventud.  Me pasa una y otra vez, una y otra vez…  Juzgo sin saber, lo que es realmente triste.
Ahora, me gustaría compartir mi última vez. Os pongo en antecedentes:
Sábado perro, tumbada en mi cama, 11:00 de la mañana. Quería ver “Clásicos del cine de los que he oído hablar millones de veces y que cada vez que salen en una conversación hacen que no pare de sonreír con la boca sellada a cal y canto, para no mostrar al otro que no tengo ni idea y que su opinión sobre mí se devalúe estrepitosamente, como la prima de riesgo”.
Sí, este es el letrero que puse en esa 3ª balda donde guardo esos DVDs , siempre me ha caracterizado mi excelente capacidad de síntesis. Leí y releí cada título y finalmente me decanté por Fellini… “La Dolce Vita”.  Oh! Sorpresa! Estaba allí, en un rinconcito de mi 3ª balda lleno de polvo, gritándome: – ¿Cuándo llegará mi momento? Me siento infravalorada, yo que soy una obra maestra, etcétera (Le puse un celo en la boca a Anita Ekberg para que se callase ) y  metí el disco en el Dvd.

Mamma mia! Mil mensajes, mil lecturas. Caray con Fellini! Un tipo realmente inteligente. Aunque de todos esos mensajes me quedo con el inconformismo humano y la falta de término medio. Que complejo estar en armonía, amigos! Querer lo que no se tiene y no querer lo que se tiene. Buf! ¿Cuántas veces nos ha pasado? ¿Mil? ¿Millones? Yo perdí la cuenta. Ahora, para mí, lo realmente necesario es encontrar el equilibrio. Para el personaje de Marcello (Marcello Mastroianni) es imposible. Enamorándose de mujeres inalcanzables y despreciando a la que de de él está locamente enamorada. El drama reside en su infelicidad dentro de una apariencia externa y superficial de felicidad absoluta.  Conexión absoluta con la vida o desconexión total? Yo me digo : – Término medio, término medio…
Me gustaría hacer una mención especial a Anita Ekberg. No sé si a vosotros en su momento os pasó, me imaginaba un personaje más protagonista. Lo que sí hay que reconocer es que para los pocos minutos que tiene de pantalla los aprovecha al máximo. La imagen de “La Dolce Vita” por excelencia, es ella en “La fontana di Trevi” mojándose primero sola y luego con Mastroianni. Cómo envidio ese momento, poder adentrarme en esa fuente y con los brazos en alto mojarme vestida. Me parece tan liberador y cinematográfico!!! Aunque según lo imagino, también me viene la idea de una noche invernal con un vestido que pesa un quintal, mojada de pies a cabeza y se me quitan las ganas.
En resumen, como no lo viví, lo envidio y si me hubiesen dado la oportunidad de hacerlo, probablemente, me hubiese quejado por lo incómodo de meterse 11 veces en una fuente, helada y con un vestido de terciopelo que podría ser perfectamente de hormigón armado, por la pesadez de la tela empapada. Como nos relata el inmortal director, es normal que el ser humano sea inconformista pero también nos advierte de que ese inconformismo nos sumirá en la infelicidad sin apenas darnos cuenta.
Me descubro ante “La Dolce Vita”.

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