El otro día estuve en el estreno de “La chispa de la vida”. Todos recordamos ese slogan publicitario y la bebida que anunciaba. El protagonista es el creador de esa frase célebre. Cosa que me dio que pensar, porque todos creemos que nuestra vida se resolverá si tenemos en nuestro currículum un éxito de esas dimensiones. Vamos en busca de “El Dorado”. “Si consigo ser número uno en ventas no habrá quien me eche!”, o bien, “si hago la película del año, trabajaré como actriz en los mejores proyectos que se lleven a cabo de por vida”, o “si tengo un hijo, de mayor no estaré solo” o…o…o…
Muchas veces me siento como el burro que lleva la zanahoria delante de sus narices atada en un palo y que nunca consigue alcanzar. Estoy más preocupada por los resultados que por disfrutar del paisaje.
Cuando vi que el protagonista (interpretado por José Mota) estaba a punto de morir y se preocupaba más por salir en un programa del corazón que por despedirse de la vida como merece, lo vi claro: todos vivimos así. Yo la primera. Creemos en nuestra inmortalidad. Siempre habrá tiempo para todo, el reloj nunca se parará. La muerte nos pilla por sorpresa! Increíble, pero cierto.
Me declaro defensora de esta película. Me gusta mucho la localización: Un teatro que aparece en el subsuelo de un lujoso hotel. Bajo la superficie. Un teatro. Como la vida! La importancia que le damos a la fama, el dinero, el “éxito”… Me creo a todos los personajes, sus motivaciones, desesperación… En resumidas cuentas, humanos!!!
Aunque le pondré un “pero”: el final. No os lo cuento porque quiero que vayáis a ver la película, pero por si al director le diera por visitar este humilde blog ahí va la explicación. Álex, me gusta que acabes así tu película. Me parece que es como deberían ser las cosas, pero muy a mi pesar, dudo de que el ser humano reaccione de esa manera.
A pesar de ello, me das esperanzas. Valoro mucho que fomentes todos esos valores que hemos ido perdiendo, mientras subíamos las escaleras del “Empire State”. Has hecho que desentierre mi propio teatro y estoy pidiendo los permisos de obra mayor. Va a ser un tremendo desembolso, te paso la factura.
Fuente: Fotogramas.es
Bueno no puedo estar mas deacuerdo. Estamos covirtiendonos en una sociedad sin valores. Lo primero es el dinero, las compras... Lo material. Hemos dejado de lado lo espiritual, la esencia, el hombre, el amor, la alegria. Ya no tenemos tiempo ni siquiera para sonreir. Hemos sustituido a los antiguos dioses por los dioses digitales, el dinero, el estatus social, la moda... Pero ninguno nos atrevemos a romper con ello. Aun envidio a la gente que se va de veraneo a Tarifa y nunca mas vuelve. No nos damos cuenta que somos pobres en lo que nunca podremos comprar. Somos pobres en tiempo, tiempo de vivir, tiempo para amar, tiempo para reir, tiempo para nuestros hijos... Pensamos que eso con lo que soñamos ya lo haremos mañana, pero el tiempo se nos escapa entre los dedos. Ojala podamos algun dia darle al reset y cambiar todo nuestro esquema de valores. Un beso Elena
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